martes, 28 de junio de 2011

¿Nos lo hacemos juntos? (Parte I)

El echarte en falta en mi cama esta mañana, sumado a lo que ocurrió anoche, ha provocado una fantasía nueva (o no tan nueva en realidad) en mi. Es posible que te lo haya comentado alguna vez, o no, pero la cuestión es que quiero compartirla contigo, igual que comparto tantas otras cosas. Igual no te gusta la fantasía, y si es así me lo dirás, pero a mi me da mucho morbo y quiero contártela.

Estamos en la cama, los dos juntos, desnudos. Tú estás apoyada contra el cabecero, con las piernas abiertas. Yo sentado a los pies, en sheiza delante de ti, los dos sobre el colchón, pero a cada lado de la cama. Tú te estás masturbando para mi, yo para ti. La visión de tus dedos abriendo bien tu coño con una mano, y con la otra acariciándote un clítoris que puedo ver bien hinchado, hace que mi polla crezca en mi mano de forma considerable. Con la otra me acaricio los huevos.


lunes, 27 de junio de 2011

El placer de tenerte en mis sueños

Anoche tuve unos sueños rarísimos. Sí, ya sé que los sueños casi siempre son raros, pero esta noche me han parecido más de lo normal. Vuelvo a repetir lo del otro post; no sé si será cosa de hormonas (las que vamos dejando en el coche), que estoy enfermo (porque pienso todo el día en lo mismo), o que cené un poco fuerte. La cuestión es que ahí están los sueños.

Otra de sus rarezas, que no suele ser normal en mi, aunque no es la primera vez que me pasa, es que me despierto varias veces durante la noche, y cuando vuelvo a dormirme lo continúo. O al menos eso me parece, y para mi es como si fuera así, porque no percibo lo contrario. Incluso me doy cuenta de ello cuando despierto por la mañana.

Por supuesto no lo recuerdo totalmente, sino de forma parcial. Y seguramente haya fragmentos que, al quedarme en blanco, supongo que el cerebro habrá recompuesto a la necesidad de la "historia", sin que los haya soñado de verdad. Eso me suele pasar cuando me empeño en recordar cierto sueño, y cuando casi está a punto de escapárseme, de repente empiezan a rellenarse los huecos, dándole más consistencia a los oníricos acontecimientos.


martes, 21 de junio de 2011

Arrancarte la ropa

No sé si será por la cantidad de hormonas que nos dejamos en el coche, o porque soy un salido del quince ya de natural, o porque me paso el día pensando en ti, a partes iguales entre disfrutar de tenerte entre mis brazos y el placer de estar entre tus piernas, o simplemente por una suma de todos, pero la cuestión es que las mañanas, sin ti, cada vez me son más frías. Estar como estaba esta mañana, sin tenerte a mi lado, sin haberte podido apretar contra mi, sabiendo que al notar mi dureza hubieras respondido sin dudar, no puede ser bueno.

Seguramente es porque anoche, cuando te despediste de mi en el Whatsapp, me quedé dormido pensando en ti, para no variar. No sé lo que soñaría, pero sí sé que esta mañana casi dolía. Hubiera terminado en un buen orgasmo, porque me la he estado acariciando un buen rato, imaginando que las manos que recorrían mi verga, que acariciaban mis huevos, despacio, desde abajo del todo, eran las tuyas, y no las mías. Pero el despertador me ha sacado de mi ensoñación. Lo he apagado y me he levantado.


lunes, 6 de junio de 2011

Ansiedad

Lo de ayer, y luego lo de hoy, no tiene nombre. He ido todo el día tan caliente, que no hago otra cosa que imaginar cómo será el polvo que te voy a echar hoy. Y eso me lleva a querer escribir en el blog, que es lo que me pasa siempre que me pongo a mil pensando en ti; y más aún cuando has sido tú la que me has puesto así.

En un primer momento pensé en escribir una de mis fantasías, luego en contarte alguno de los sueños que he tenido esta noche, después en simplemente contarte todas las guarradas que se me ocurrieran para intentar calentarte más, mientras escribo..., pero al final, creo que lo mejor es explicarte cómo mi siento desde anoche.

Desde el momento que te dije que pensaba meterte mano en el cine, ya me calenté. Sé que no tiene mérito, porque sabes que contigo siempre tengo constantes ganas, y a veces duele controlarlas. Y cuando ya estaba totalmente decidido a no dejarte ver la película, resulta que te armas con el vaso de Coca-Cola y el pack de palomitas. La dificultad para meterte mano así es grande, no hay por dónde, y pensé que igual pasabas, así que decidí dejarte tranquila.


Problemas de corazón


Pues sí, problemas de corazón, amor. Y tú sabes por qué. Para nuestros lectores, que deben de estar cansados de nuestras ausencias, explicaré la razón: ayer fuimos demasiado buenos.

Lo malo de no vivir juntos (por circunstancias completamente ajenas a nuestra voluntad) y tener responsabilidades es que a veces nuestros deseos y nuestras obligaciones no son compatibles. Y ayer relegamos nuestros deseos en pro de nuestro deber.

Yo no sé cómo te fuiste a dormir tú, pero sí te diré cómo me fui a dormir yo: malísima. Tenía todo el cuerpo en tensión, los pezones como piedras y el clítoris ardiéndome. Estaba más mojada que el mundo entero en los días del Diluvio Universal.

Y lo de dormir fue un show. Tardé horas. Buscando la posición cómoda y no encontraba ninguna. Me molestaba todo y mi propio cuerpo era mi peor enemigo. Si he dormido tres horas esta noche, muchas han sido, y ninguna la he dormido bien.


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