jueves, 29 de septiembre de 2011

La sorpresa (parte II)

Debiste notarlo, estoy seguro. No sé si es porque mi polla empieza a palpitar cuando estoy a punto de correrme, o por qué, pero lo debiste notar. Porque en ese momento paraste, sacaste mi rabo de tu boca muy despacio, y me miraste sonriendo.

-Quiero chuparte el coño -te dije-, ahora.

Te incorporaste y apoyaste tu pie izquierdo en el respaldo de la silla. Vi tu raja abrirse para mi, llamándome, brillante de líquidos. Llevé mi boca a tu tobillo y lo besé. Subí besándote despacio hasta la parte interior de tus muslos, noté el calor que emanabas, y me lancé a lamer tus ingles, tus labios, y tu coño. Atrapé tus labios entre los míos y los mordí. Luego mi lengua te folló un par de veces, queriendo entrar tanto como pudiera dentro de ti. Te bebí, te chupé absolutamente todo el coño abierto para mi, y luego busqué con la punta de mi lengua tu clítoris.

Estaba duro, enhiesto. Lo lamí varias veces, gemías. Entonces lo tomé con los labios, lo apreté suavemente con los dientes, y volví a lamerlo. Otra vez lo cogí con mis labios y succioné, mientras le daba pequeños golpecitos con la lengua. Tú te sujetabas de mi cabeza, apretándola contra tí. Mis manos alternándose entre tus muslos y tus nalgas, tratando de abrirte aún más esa raja que sabes que me vuelve loco.


martes, 27 de septiembre de 2011

La sorpresa (parte I)

Tengo otra fantasía contigo, éde sas que pienso cumplir en cuanto podamos. Ahí va.

Me enviaste el whatsapp justo después de comer: "tengo ganas de verte, amor. Vístete para mí y te prometo una sorpresa esta noche". Bastan cosas así para que me ponga a mil, y lo sabes, así que no iba a dejar desperdiciarse la oportunidad.

Sé que te gusta cómo voy vestido normalmente, pero también sé que te gusta verme vestido de traje. Sólo me has visto una vez, y me bastó verte la cara para saberlo. Bueno, eso y las veces que me dijiste que me quedaba muy sexi y que te gustaría comerme con él puesto.

No me lo pensé dos veces. Teniendo toda la tarde para prepararme bien, me fui a El Corte Inglés y estuve mirando trajes. Me probé unos cuantos, fantaseando que estabas conmigo en los probadores y que aprovechábamos para tocarnos cada vez que entrábamos a probarme alguno. Al final me decidí por un traje a rayas, tipo gangster, gris claro.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Espérame desnuda

Por fin un fin de semana solos. Ya sabes quién se iba de acampada, el mismo viernes por la tarde, y teníamos nuestra casa para nosotros solos. Así que decidí que había que aprovechar y no dudé en enviarte aquel mensaje por Whatsapp: "llegaré a las 19:30h, espérame desnuda en el sofá".

Aún faltaban un par de horas para que yo llegara, y se me hacían eternas. Saber que ibas a cumplir mi "orden", que al llegar a casa tendría a la mujer que amo totalmente dispuesta para mí, me excitaba como nunca. Por eso, no podía evitar enviarte algún que otro mensaje obsceno: "quiero que estés bien abierta cuando llegue" o "tengo la polla a reventar pensando en ti".

domingo, 25 de septiembre de 2011

Abrazos con sabor a sexo

Te había estado acariciando, lamiendo las tetas sólo un poco. Ya tenías los pezones duros como una piedra, justo como a mi lengua le encanta encontrárselos, y llenos de mi saliva. Cómo me gusta chupártelos, y cómo te gusta a ti. Mis dedos se había deslizado hacia tu coño, que ya estaba ávido de mi, empapado de tus flujos, me moría por beberlos, pero ver cómo gemías cada vez que te tocaba me dio la idea.

Entonces dijiste que nos sobraba la ropa, y era verdad. Nos desnudamos, y me puse detrás de ti. Mis manos agarraban tus tetas, las amasaban, pellizcaban tus pezones, y luego se iban a tu raja, tu clítoris, te la abría para recorrerla entera con mis dedos. Tus gemidos me calentaban como nunca, en el oído, junto con tu aliento caliente. Estábamos los dos tan cerdos que mi polla se endurecía al contacto con tu culo. Lo notaste y empezaste a refregarte contra él, y a decirme lo dura que la sentías ya.

Mis dedos seguían jugando con tu coño, cada vez más fuerte, cuanto más lo pedías, hasta que empezaste a pedirme polla. Te echaste hacia delante, y en ese momento te juro que me hubiera corrido llenándote el coño de leche caliente y espesa. Ese día tenía los huevos cargados, a tope, lo supiste justo después, cuando después de tu orgasmo, cuando aún no había llegado yo al mío, me masturbaste como nadie más puede hacerlo, y me corrí derramándome en tus manos.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Temporada de otoño

Me encanta verte enseñando chicha, lo reconozco. No hay nada como saborear tus labios cuando me besas, sentados en la mesa de algún bar, y poder deleitarme con la vista de tu canalillo en todo su esplendor. Es por esto que puede parecer que no quiero que llegue el otoño a tu vestuario, pero nada más lejos de la realidad. 

Cuando ayer te fuiste a cambiar porque tenías frío en la terraza del bar, al volver me gustó verte aquella ropa. Elegiste bien, porque tus curvas seguían estando allí, y tuvo que ponerse en marcha mi imaginación. Igual nunca me fijo lo suficiente, pero ayer, a pesar del ánimo con el que llegaba (ya sabes a lo que me refiero), fue delicioso verte así.

Esta mañana no dejaba de imaginarte sobre mi, con toda la ropa puesta, entregándonos los besos que nos van quemando en la boca por no darlos. No sabes cuánto deseo besarte hoy, sin saber aún si hoy nos veremos o no. Ni siquiera sé si hoy también te habrás tapado, o vendrás como has hecho el resto del verano.

Durante la comida fantaseé con esa partida de Strip Póker, pensando que había mucha ropa que apostar, y por lo tanto la partida sería mucho más interesante, antes de empezar a jugar y a pagar los restos. ¿Cómo es posible que cada día te desee más? ¿Que no pueda pensar en otra cosa que en pasar mis días contigo? Te necesito amor, mucho. Y no quiero pasar más noches sin ti, y no nos queda más remedio que pasarlas por el momento. Me quema, y sé que a ti también.

Ni siquiera sé cuándo podremos volver a disfrutar el uno del otro, como la semana pasada. Quiero inventarme cosas nuevas para la próxima vez, aunque tengan que ser en el coche (no sabes cómo se me está disparando la inventiva hoy). Qué ganas sigo teniéndote.

Ya ves, no siempre me salen los posts tan porno. No es que hoy sólo quiera amor (mi vida, daría lo que fuera por tenerte ahora mismo desnuda para mi, y follarte como nunca, y lo sabes), pero a veces necesito decirte que te quiero, y que todo nuestro maravilloso sexo no tiene sentido, si no es con lo que nos damos el uno al otro.

Te amo, cada día más.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Polvos mágicos (3 y fin)

Previamente en Polvos mágicos...
La tienes donde querías, loca y suplicando que te la folles de una vez, pero a su vez te ha llevado demasiado lejos. Te tomas una pausa para recuperar el control...

Respiras junto a su oreja, tratando de bajar el ritmo de tus pulsaciones. No quieres llegar y correrte, quieres llegar y disfrutar, y después correrte. Y también quieres que ella se corra, se retuerza y gima y te diga toodas esas cosas que se le escapan cuando la pones tan caliente que se le va la cabeza. 

Por lo que parece, ella está completamente de acuerdo, pero también está ansiosa. No hace el mínimo ademán por recuperar el control. Con toda la fuerza de su espalda y sus piernas, aprieta su culo contra ti, rítmicamente, mientras te susurra de todo y un poco más. Suplica, gime, llora, exige, trata de excitarte todavía más para que tú también te pierdas... Es un auténtico putón, pero, si no lo fuera, vuestra vida sexual no te gustaría tanto.

martes, 13 de septiembre de 2011

Tiempo

El no tener tiempo para escribir los posts me quema un poco. Pareciera que no me apetece escribirlos, y si por mi fuera haría varios diarios. Sí, ya sé que no tengo medida, pero es que el tiempo que paso pensando en ti es así. A veces ni siquiera me doy cuenta de que lo estaba haciendo.

Y hablando de tiempo, ¿sabes en qué me hubiera gustado invertirlo anoche? Sí, ya sé que te lo dije, pero te lo digo otra vez. Tú, acostada bocabajo, y yo dándote un masaje, con todo el permiso del mundo para quedarte dormida. Después de masaje acariciarte desde el pelo hasta los pies, pasando por el cuello, la espalda, las nalgas, las piernas...

Ah, ¿que aún no te has dormido? Entonces a poner en funcionamiento mi boca. ¿Qué tal repartirte un montón de besos por cada centímetro de piel por donde han pasado mis dedos? Así seguro que te duermes, igual yo me dormiría. Un ratito pasando mis labios, de vez en cuando mi lengua, por todos esos rincones.

viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Y si...?

Ya sabes que estoy bastante seguro del papel que hago, me encanta dominarte, dominar la situación, controlar yo el polvo. Disfruto haciéndote sufrir cuando retardo el placer que esperas. Pero también sabes que disfruto de cada segundo de tu disfrute, de cada gemido que te arranco. Verte sonreír pícara me vuelve loco.

Pero también me encanta cuando a veces tomas la iniciativa, de repente me agarras la polla, deseándola, acaricias mis huevos sólo porque te estoy besando, muerdes mis pezones volviéndome loco mientras acaricio tus nalgas, cuando te tumbas sobre mi. Y eso me hace recapacitar sobre algo, sin que por un momento se te ocurra pensar que quiero abandonar mi papel dominante.

¿Y si hoy fuera yo el que está vendado y el que está atado? Tengo ganas de probarlo, sólo por tratar de ponerte en tu piel, por acariciar la sensación que tienes tú, y tratar de entenderla un poco, cuando te lo hago yo. No es para que se torne costumbre, sólo quiero probarlo. Quizás no me guste, pero estoy seguro de que tú vas a saber cambiar el papel momentáneamente sin ningún esfuerzo. Te aviso: no se te ocurra acostumbrarte, porque tengo muy claro el papel que me gusta hacer, pero quiero probar.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Despertares nocturnos - Parte II

Hoy ha sido un día de esos en los que hemos discutido por WhatsApp, así que es necesaria una reconciliación con la que ambos hemos estado de acuerdo. Sin embargo los dos sabemos que hoy, por desgracia, no podrá ser, y que tendremos que esperar hasta el viernes (si todo va bien). Por eso, y teniendo en cuenta que hace un par de días que esperas esta segunda parte (que no he podido escribir porque sabes que voy hasta arriba de curro), he decidido que hoy es un buen día para hacerla.

A eso de las seis de la mañana volví a despertarme de nuevo, y de nuevo con un empalme que no me dejaba ponerme bocabajo. Me descubrí pensando en tí, aún, y con una excitación que no era normal. Supe de inmediato que si hubieras estado al lado te hubiera despertado probablemente haciéndote una comida de coño gloriosa.


lunes, 5 de septiembre de 2011

Despertares nocturnos

Te lo puse en el Whatsapp, hoy dos veces, a las 4:30h y a las 6:00h, y es que no sé cómo aguantamos. No se puede vivir con tanto deseo acumulado, dándonoslo con cuentagotas, dos veces al mes, tres... Creo que nunca tuve tantas ganas y lo hice tan poco. Sé que no es culpa nuestra, ni tuya ni mía, y que si fuera por nosotros no pararíamos y estaríamos todo el día. Vivimos con plazos, sabiendo ya que lo haremos, porque hay que aprovechar, porque nos encanta hacerlo, nos gusta. Hay poco para la improvisación, en ese sentido. Pero es lo que hay, al menos por el momento.

Pues eso, te lo puse en el Whatsapp, pero no te puse cómo fue, así que voy a contártelo ahora.

Me desperté como muchas veces, seguramente estaba soñando contigo, y en algún movimiento me di cuenta de que era un sueño. Estaba empalmado, con una erección de esas que te impiden estar bocabajo, porque duelen en esa posición, así que me puse mirando al techo. Una vez que te has despertado te cuesta dormirte. En realidad preferirías dormirte otra vez y ya está, pero tu imagen desnuda me daba vueltas en la cabeza, y cuanto más quería dejar de pensar, más cosas se me ocurrían, y más dura aún se iba poniendo.


Related Posts with Thumbnails