viernes, 30 de diciembre de 2011

Tarde de cine

La película no es que esté mal, pero tampoco es una caña. Es de esas que las ves porque no sabes qué otra elegir. Y en el cine prácticamente estamos solos, no hay nadie más en la fila. Sí, gente arriba y abajo, pero en la fila nadie.

Nos mimamos un poco, nos hemos dicho lo que nos íbamos a comer por la noche, el uno del otro. Y a la sala entramos ya calientes como nadie. De vez en cuando algún beso perdido, y entonces me coges la mano, la metes por debajo de tu falda, por entre las bragas, y me doy cuenta de lo empapada que estás.

-Hazme una buena paja amor -me dices.

Empiezo a hacértela, mientras mis pantalones empiezan a apretar más de la cuenta. Te meto y te saco los dedos mientras mi polla crece y se endurece en un sitio tan estrecho. Empiezas a gemir en mi oído, flojito, para que no te oiga nadie. Estás disfrutando, y no quieres que pare.

-¿Qué vas a dar a cambio? -te pregunto sin dejar de pajearte.
-Tú sigue.
-Pero, ¿qué me vas a dar?
-Uff, qué gusto amor, la mejor mamada del mundo.

Te lo hago un poco más rápido, y reprimes un gemido mordiéndome la oreja.

-Lo que daría por tener tu polla entre mis piernas ahora mismo -me dices.

Desciendo el ritmo de la paja, te acaricio un poco el clítoris, trato de meterte un dedo empapado en el culo, y vuelvo al ataque.

-Así, así... -me susurras.
-¿Una mamada sólo?
-Lo que quieras, pero sigue.
-¿Lo que yo quiera?
-Mmm, sí, lo que quieras, pero sigue follándome así...
-Quiero una mamada hasta el final -incremento el ritmo, la profundidad y la fuerza. Apenas puedes dejar escapar un gemido un poco más fuerte.
-Eres un cabrón... -me dices jadeando-, no pares por favor, casi me corro ya...
-¿Trato hecho? -te lo hago más abajo, toco donde te gusta, sigo pajeándote, empiezas a chorrear.
-Sí, sí, sí, sí..., te haré una mamada hasta que te corras, umm... -acabas corriéndote como nadie, y cuando ya estás lista, mis dedos saben a gloria.

¿Misión cumplida? No sé, no sé...

Anoche también

Ya sabes cómo me fui anoche, igual que tú, cómo nos fuimos. La responsabilidad no debería existir, pero lo hace. Trabajar al día siguiente, sobretodo en uno en el que se necesita tanta concentración como en el mío, con sueño, es muy negativo. Así que nos quedamos sin.

Llegué a casa y antes de dormir, al baño. Y allí no pude evitarlo. Imaginarte desnuda, haciéndote de todo, donde fuera, no importa si el coche, la cama, donde sea..., fue demasiado. Tenía entre las manos mi polla dura como nunca, y empecé a pajearme. Pero las pajas que me hago pensando en ti me gusta disfrutarlas bien, así que no me quedaba mucho para correrme cuando paré.

Me fui a la cama, y allí volví de nuevo a donde estaba. Estaba contigo, los dos desnudos. Mi verga absolutamente dura y destilando ya las pequeñas gotitas que veo a veces justo antes de que te la metas en la boca.

-Quiero ver cómo te masturbas para mi -te digo.
-No, quiero tu polla, me gusta que me folles.
-Hoy quiero verte, y si me gusta lo que veo..., si me pones lo suficiente, te follo, quiero ver cómo disfrutas cuando no estoy yo.
-Eres un cabrón, y lo sabes.

Pero empiezas a acariciarte. Yo también lo estoy haciendo. Cierras los ojos y sigues. De vez en cuando los abres y me ves pajeándome mientras te miro. Sacas los dedos de tu coño y los chupas para ponerme más, pero sigo impasible sonriendo y disfrutando de verte. Vuelves a cerrar los ojos, voy muy muy caliente. 

Casi sin darte cuenta dirijo tu mano libre a mi polla, y la pajeas, me acaricias los huevos.

-Fóllame ya, lo necesito -me pides.
-Aún no, sigue masturbándote.

Y sigues pajeándonos a los dos. Tú aceleras el ritmo, estás empezando a disfrutar.

-Fóllame, cabrón...
-No.

Me levanto, y acerco mi verga a tu boca. Como si la estuvieras deseando la engulles, la tragas, la chupas. La levantas y tu lengua se pasea por mis huevos, casi llegando a mi culo, y vuelves a engullirla, sin dejar de pajearte. Entonces mis manos se dirigen a tu coño. Estás empapadísima, y sigues chupando y pajeando mi verga, ahora con las dos manos.

Yo estoy casi sentado sobre tu pecho, metiéndote los dedos y sacándotelos, follándote el coño con ellos. Tú metes mi polla entre tus tetas y me pajeas con ellas. Es delicioso, y sigo masturbándote. Te arqueas, y vuelves a meterte mi polla en la boca, qué forma de mamarla, me estás llevando al cielo.

-Si sigues chupando así voy a correrme en tu boca.
-Pues fóllame ya.

No me hago de rogar más. Bajo y coloco mi verga en la entrada de tu coño, y empujo con fuerza hasta arrancarte un gemido de gusto. Te follo así durante unos instantes. Pero tú estás que quieres más. Te recolocas, te pones en cuatro, y me pides que te folle como la puta que eres.

Yo no puedo resistirme, y lo sabes. Empiezo a follarte así, primero despacio, y luego a golpes que arrancan gemidos de tu garganta. Y así, follándote de esta manera, llego al momento culminante.

-Dios, voy a correrme, la saco.
-Ni se te ocurra, estoy a punto.

Me sorprendo, pero te hago caso, da igual todo, y sigo follándote sin parar. Mi leche se cuela en tu interior, doy un bramido de los míos, y sigo empujando y follándote mientras mi leche te inunda por dentro, y entonces te quedas sin respiración durante unos instantes, para soltar el gran gemido después. Siento tus chorros cayendo por mis huevos, tu corrida, y te fallan las fuerzas, caes, yo contigo, y sigo follándote aún un poco más, en nuestros últimos estertores, hasta quedarnos quietos, abrazados, yo sobre tu espalda, con la polla aún dentro, disfrutando de tu calor.

Por supuesto, en la cama, mientras me hacía la tremenda paja, me han llegado casi a la garganta. Y esta mañana he tenido que quitar las sábanas. Es lo que tiene no tocarse en días.

martes, 27 de diciembre de 2011

Fantasía de estos días

No sé cómo verás esta fantasía. Supongo que habrá cosas de ella que te gusten y cosas que no, pero piensa que es sólo una fantasía, y que al igual que a mi me encanta cuando me cuentas las tuyas, a mi también me gusta contártelas a ti. Y también que sé que habrá fantasías que cumplamos y otras que no, simplemente son fantasías de ahí no tienen por qué pasar, si no queremos los dos.

Supongo que esta se ha dado por el tema de últimamente del local liberal. También porque he estado buscando mucha información para que lo disfrutemos a tope, para que tú puedas encontrarte cómoda en todo momento, y sobretodo porque es algo que hacemos JUNTOS, y esto es algo que no debemos perder de vista en ningún momento. Haremos lo que queramos los dos, pero siempre juntos, esa es mi premisa.

En mi fantasía entrábamos en el local, nos tomábamos algo juntos y hablábamos de temas que nos iban calentando a los dos. Las caricias y los besos nos los dábamos sin ningún tipo de pudor, cada vez que nos apetecía. Según iban entrando más parejas nos íbamos fijando en ellas. Yo te preguntaba qué te parecían ellos, y tú que qué me parecían ellas, y cosas picantes que nos gustaría ver que hicieran, o hacer delante de ellos. Así nos íbamos caldeando poco a poco.

En un momento determinado nos animamos a ir a los vestuarios y allí nos pusimos cómodos. Entonces decidimos ir a las duchas y darnos una relajante, los dos juntos. Por supuesto no tardamos en follarnos ahí, disfrutando de un buen polvo bajo la ducha, pero sin corrernos, para poder seguir disfrutando de la noche.

Tú te habías puesto el ¿susú? (jamás aprenderé cómo se llama), y yo iba con la toalla puesta, para dirigirnos de nuevo al bar. Habían llegado algunas parejas más, y algunas de ellas nos estaban dando a las demás un espectáculo de órdago. Es el momento que yo aprovecho para besarte y meterte mano. Tú cierras los ojos y te dejas hacer, y mientras yo te meto mano, prácticamente lo enseñas todo, las tetas y el coño. Las tetas cuando decido comértelas bajando tus tirantes, y todo el mundo ve cómo te las como. Y el coño al subir la faldilla, y enseñarle a todos cómo se hace una buena comida de coño.

En venganza, justo después, empiezas ahí mismo a hacerme una mamada apoteósica, para que todos puedan ver lo dura que me la pones.

Cuando estamos cardíacos perdidos, decidimos parar, aún nos queda noche, y nos ponemos a comentar la jugada entre susurros. Una pareja se ha sentado cerca de nosotros, y empiezan a dar un espectáculo parecido. Están muy cerca, casi pegados, y yo aprovecho para meterte los dedos y masturbarte mientras disfrutas de la escena, estás empapadísima, y yo también tengo una buena erección.

Casi como sin querer nos estamos rozando, y el chico, al que su chica le está haciendo una buena mamada, me sonríe. Yo también le sonrío, y me dice: ¿puedo?

Yo le contesto que no soy tu dueño, y que es a ti a quien debería pedirte permiso. Tú me sorprendes dándoselo, y él empieza a acariciarte una teta, mientras mis dedos siguen dándote placer debajo. Me coloco entre tus piernas y empiezo a comértelo mientras veo cómo el chico te acaricia las tetas y te pellizca los pezones. Lo estás disfrutando a tope.

De repente la mano de ella se mete por debajo de mi toalla y empieza a acariciarme la polla y los huevos, como si el hecho de que él te estuviera acariciando a ti le diera permiso a ella. Disfrutamos un rato así, hasta que decidimos irnos tú y yo a una habitación, de las que no tienen puerta. 

Ellos nos siguen, se ponen en la misma cama, pero yo empiezo a follarte a saco, y disfrutamos de nosotros a mil, hasta que nos corremos los dos. La otra pareja está follando justo al lado. Ha sido muy excitante pero no pasó de ahí. Ni siquiera en mi fantasía.

Tengo que confesar que no sé si estoy preparado para que pase de algo así. Que a veces he tenido otras fantasías en las que intercambiábamos no lo voy a negar, pero de momento creo que no querría pasar de ahí. Así que tranquila, tampoco te lo voy a pedir. Pero algo como en esta fantasía sí me resultó muy excitante. 

¿Tú qué opinas?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El local liberal

La primera vez que NoStepBreeze y yo fuimos a un local liberal fue hace bastante tiempo. Entramos tímidos, como supongo que cualquier pareja en su primera vez. Pero desde luego juntos, y a por todas. 

Al entrar, el dueño nos explicó de forma muy amable cómo funcionaba el local, nos guió por la instalación, y nos sirvió la bebida, que teníamos gratuíta durante toda la noche. Después de un rato en la barra, y cuando ya empezaba a llegar gente, NoStepBreeze y yo decidimos darnos una vuelta solos, a ver por nosotros mismos el local, los detalles que durante la visita guiada nos habían pasado desapercibidos.

Después de esto, nos fuimos de nuevo al bar, donde mientras nos tomábamos algo, una pareja que acababa de entrar, se puso a hablar con nosotros. Llevaban un pedo de escándalo, sobretodo ella, que no paraba de hablar. Cuando empezó a entrar en el tema del intercambio, yo ya empecé a notar a NoStepBreeze algo nerviosa, por no decir que empezaba a cabrearse. Por supuesto, no pensaba ni por un momento meterme en la misma cama que estos dos, así que corté la conversación por lo sano y me llevé a NoStepBreeze de ahí.


Related Posts with Thumbnails